
No considero necesario, apropiado o adecuado seguir hablando acerca de la crisis, recesión, desaceleración o como quiera que cada uno prefiera llamar a la situación que vivimos en la actualidad a nivel mundial y más en concreto, y quizás en profundidad, en nuestro país.
Esta situación no puede nunca valorarse de forma positiva cuando está dejando por el camino cientos de miles de desempleados, cientos de negocios cerrados y multitud de impagos a proveedores y clientes, pero desde estas líneas intentaré llevar a cabo una reflexión que intenta ver un atisbo de esperanza de cara al futuro, no sé cómo de cercano, que nos espera.
Por mucho que lo pienso no se me viene a la cabeza ninguna conversación con colegas de profesión o del sector en la que no hayan aparecido frases del tipo: “Pues estamos reinventándonos” o “estamos dándole una vuelta a nuestro plan de negocio”. Como es lógico estas reflexiones responden a la necesidad de encontrar hueco en un mercado que no sólo está parado sino que está imponiendo unas condiciones leoninas de cara a poder obtener rentabilidad de los proyectos.
Estos planteamientos están obligando a gente de todos los niveles de las empresas; desde dirección general hasta administración a involucrarse en los procesos de reinvención que comentábamos con anterioridad. ¿Y cuál es la base de estos procesos? Pues bajo mi punto de vista sin duda, la CREATIVIDAD, el EMPRENDEDURISMO y la INICIATIVA. Con ello me refiero a que es en estas situaciones donde las empresas deben buscar entre todas esas personas a las que mantiene y ha mantenido durante tanto tiempo a aquellas con mayores aptitudes para darle la vuelta a la situación, a aquellas con el mayor grado emprendedor incluso algo visionario que permita llevar la vista más allá del día a día al que se somete actualmente a cualquier empleado que tiene como principal preocupación mantener su puesto de trabajo a capa y espada. Ahora mismo es necesario rodearse de personas que tengan la iniciativa necesaria para coger el toro por los cuernos y tratar los problemas como si uno mismo fuera el director general de la compañía, que no se queden agazapados en una trinchera esperando a que “pase la crisis” como si de un expreso de medianoche se tratara, si no que salga con su espada y escudo y le plante cara con la mayor de las convicciones.
Lo que sí está claro es que se esté rodeado de quién se esté, es una tónica común en cualquier nuevo plan de negocio tener como objetivo el ahorro de costes para el cliente dando lugar a una situación que de perdurar en el tiempo podría ofrecer resultados muy interesantes. En el caso de que entre todos, cada uno desde su responsabilidad, consiguiéramos ofrecer a los clientes/proveedores importantes ahorros de costes en el sector correspondiente (electricidad, telecomunicaciones, transporte, comercio,…) y la situación socioeconómica actual se, por lo menos, suavizará obtendríamos como resultado un importante aumento en el poder adquisitivo de cada uno de nosotros. Se trata de una regla de tres simple si una empresa se esfuerza al máximo en reducir los costes asociados a un determinado servicio para que el proveedor de dicho servicio pueda bajar las cuotas que cobra al usuario final, ¿las subirá en cuanto la situación se arregle? ¿se reinventarán ellos también? De no ser así seremos sin duda los usuarios finales los más beneficiados de esa reinvención que tanto hemos nombrado en este post. Pensar en ello ahora mismo no es tarea sencilla, pero ése debería ser el objetivo único de cualquier plan económico actual, mejorar el poder adquisitivo del ciudadano de a pie.
Por último todo este proceso también invita a una reflexión, ¿no habría sido mejor realizar esta reinvención o evolución antes de que la crisis nos llevara por delante? ¿Es necesario verle las orejas al lobo para tomar este tipo de decisiones? ¿se incrementa acaso la creatividad cuando existe necesidad? No lo creo. Supongo que el momento de tomar ese tipo de decisiones es lo que distingue a jefecillos de empresarios, a charlatanes de grandes gestores, en definitiva lo que permite separar la paja del trigo. Y os digo una cosa, sólo el trigo y los valientes del escudo serán capaces de sacarnos de ésta.
Post realizado escuchando Vestusta Morla - Un día en otra parte