Todos los años llegadas estas fechas me vienen a la cabeza las mismas reflexiones acerca de las costumbres horarias existentes en las empresas españolas. Se acerca el verano y unos pocos privilegiados (cada vez más gracias a Dios) disfrutamos de la tan deseada jornada intensiva.Siempre he pensado que el tiempo es, llegados a cierto punto de la vida, uno de lo bienes más preciados que uno puede disfrutar. La disponibilidad del mismo está sujeta a diversos factores que en gran medida uno no puede elegir: la distancia al trabajo, el transporte disponible y por encima de todos ellos el que marca el estilo de vida de una persona: EL HORARIO LABORAL.
Para mí ésta es sin duda la gran arma que un empresario puede emplear para mejorar el rendimiento y estado anímico de un grupo de trabajo. Existen miles de preguntas acerca de la idoneidad de este tipo de horarios, pero en mi opinión todas las respuestas están sujetas a qué tipo de trabajador tengas en tu empresa. Es muy sencillo.
Una empresa que cuente con un grupo humano sacrificado y comprometido con el óptimo funcionamiento de la misma (llamémosles trabajadores A) no notará pérdida de productividad con la implantación de este tipo de horarios, es más, posiblemente las horas dedicadas al trabajo sean mayores cuando lleguen picos de trabajo y la actitud durante las mismas será mejor dado que el trabajador siente una falsa sensación de estar en periodo vacacional. Esa falsa sensación se debe a la capacidad de disponer de ese bien que antes mencionaba, el TIEMPO. Tiempo para dedicar a lo que cada uno prefiera, pero tiempo al fin y al cabo. Porque haciendo sólo una o media hora menos de jornada (a recuperar como se considere oportuno) uno llega a su casa 4 horas antes, y eso pese a no tener precio es un valor enorme.
Sin embargo si una empresa cuenta en plantilla con ese otro tipo de trabajadores (llamémosles trabajadores B) que van a la oficina a fichar con la mentalidad de "mañana será otro día" posiblemente se encuentre con muchas situaciones que le lleven al convencimiento de que el año que viene se acabó...no más jornada intensiva. Es aquí donde desde el punto de vista del empresario no puedo más que darle la razón y a su vez donde radica la solución a este tipo de problemas: rodéate de trabajadores A y no dudarás en aplicar la flexibilidad horaria que te venga en gana porque sabrás que en el momento que haga falta un esfuerzo esa flexibilidad se volverá a tu favor. Esas actitudes son las que una selección de personal debería percibir mediante los mecanismos que los profesionales en la materia estipulen, pero se trata de la base del éxito para cualquier proyecto a llevar a cabo. Además una mayoría de A's suele conllevar la transformación, aunque sea parcial, de esa minoría de B's que pudiera existir...
Al final la implantación de este tipo de horarios siempre benefician más a unos (B) que a otros (A), pero lo que está claro es que no perjudican a nadie, dado que la posibilidad de poder contar con un solo día con ese tipo de horario ya mejora notablemente la calidad de vida de cualquier trabajador.
Es una simple reflexión en voz alta que siempre me viene a la cabeza en estas fechas como buen A que soy.
PD: Esto de poner iniciales me recuerda a alguien...
3 comentarios:
Interesante reflexión. Si te das cuenta este tipo de comportamiento social, esa distinción entre A y B tan bien explicada, se debe al libre albedrío de la gente y a la sospechosa necesidad por parte de algunos trabajadores de querer pertenecer a un grupo sin querer solidarizarse con el grupo. Es decir, que me aprovecho de los bienes colectivos pero a la más mínima me doy la vuelta y si puedo convertirme en un "brown dispacher" cualquiera, pues lo hago.
Hace tiempo que las relaciones sociales dentro de los trabajos dejan bastante que desear y la sensación de grupo se diluye y se cambia por el triunfo del individualismo.
Siempre se nos olvida que somos animales sociales, aunque muchos pretendan ir contra la naturaleza, incluso en jornada intensiva.
Cuando tenga más tiempo me gustaría opinar mejor.
Pero dos cosas. La reflexión de Toni está perfecta, pero parte de algo muy simple que es "cuida bien al empleado y crearás un imperio". Yo le añadiría el "cuida bien al empleado (que se lo merezca) y crearás un imperio".
También es verdad que los trabajadores más que A y B, son A y Z y todos los que hay en medio, y no dependen sólo de la persona (A y B) sino de la situación. Por tanto como explicación simple está bien.
Hoy en día el tiempo libre está casi igual de considerado que el aumento de sueldo (y de responsabilidad que desemboca en más horas de trabajo también la mayoría de las veces)
Lo del triunfo individual existe y es muy triste, el mejor triunfo individual conseguir que tus compañeros triunfen!
Comparto totalmente contigo que el cuidado un empleado es la base del éxito de una empresa. Dicho cuidado podría ser ofrecido de mil formas diferentes (horario, salario, coche,...) pero en el mundo en el que vivimos por desgracia el 90% de dichos cuidados se centran en la parte económica.
Hay algo que me da que pensar y es el hecho de por qué en España no pueden implantarse horarios como los que uno escucha de Dinamarca, Noruega o Alemania donde un trabajador puede elegir su franja horaria preferida y será valorado en función de su producción durante dicha franja. Pienso que al fin y al cabo es algo educacional que costará muchísimo de curar y que al fin y al cabo le ha ce a uno sentirse orgulloso de algunas de las decisiones que ha tomado la empresa para la que trabaja.
Esa última frase suena un pelín demagógica...si mis compañeros triunfan gracias a mí y a mí no me lo reconocen como a ellos no me sentiré un triunfador...Lo siento...
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